Preguntas frecuentes
Preguntas frecuentes sobre etiquetas RFID, tarjetas RFID y lectores RFID.
¿Alguna pregunta que haya considerado mucho acerca de las etiquetas RFID?
Las etiquetas RFID activas contienen una batería y transmiten señales de forma activa a intervalos determinados, que pueden ser detectadas por un lector RFID activo. La batería puede estar incorporada en la etiqueta o ser reemplazable. Por el contrario, las etiquetas RFID pasivas no tienen batería y solo se activan cuando se encuentran dentro del alcance de un lector RFID pasivo. Las etiquetas pasivas tienden a ser más rentables, pero ofrecen menos precisión en comparación con las etiquetas activas, especialmente en ciertos casos de uso en los que la energía de la batería puede mejorar el rendimiento.
Además, existen etiquetas RFID pasivas asistidas por batería (BAP). Estas etiquetas incluyen una batería como las etiquetas activas, pero dependen del lector RFID para alimentar la comunicación. La batería se puede utilizar para ampliar el alcance o respaldar funciones sensoriales como temperatura, humedad o GPS.
La distancia de lectura de una etiqueta RFID depende de varios factores, entre ellos, el tipo de etiqueta, el entorno circundante (por ejemplo, la proximidad a metales o líquidos), cómo se coloca la etiqueta y su posición en el artículo. Si bien las etiquetas RFID suelen tener rangos de lectura específicos en sus hojas de datos, es recomendable probar el rendimiento en su entorno y flujo de trabajo específicos para asegurarse de que el rango satisfaga sus necesidades.
Las estrategias de almacenamiento de datos para las etiquetas RFID varían según el caso de uso. Un enfoque consiste en utilizar etiquetas RFID preimpresas y precodificadas, en las que la etiqueta está vinculada a los datos en un sistema de gestión RFID. Este método es simple pero eficaz. Otra posibilidad es codificar directamente en la etiqueta RFID los datos específicos de la aplicación o el producto. Por ejemplo, las etiquetas pueden almacenar un número de producto, un número de serie o incluso un historial de servicio detallado. La cantidad de datos almacenados depende de la capacidad de memoria de la etiqueta.
El costo de las etiquetas RFID varía significativamente según su tipo y funcionalidad. Las etiquetas RFID UHF pasivas básicas pueden costar solo unos centavos, mientras que las etiquetas más especializadas y duraderas diseñadas para entornos hostiles pueden costar varios dólares. Las etiquetas con características adicionales, como memoria adicional, baterías o sensores, generalmente cuestan más.
Los avances en la tecnología RFID han hecho posible la aplicación de etiquetas a una amplia gama de materiales. Históricamente, los metales y los líquidos planteaban desafíos, ya que el metal refleja las señales de radiofrecuencia y los líquidos las absorben, lo que dificulta la activación de las etiquetas pasivas. Sin embargo, hoy en día existen etiquetas RFID especializadas para superficies metálicas y los métodos de fijación, como las etiquetas con banderas, pueden ayudar a superar los problemas con los líquidos.
El middleware RFID, como TagMatiks Core, es una forma eficaz de conectar datos RFID a su ERP o WMS, lo que permite una gestión optimizada de los datos y la integración con los sistemas existentes.
La tecnología RFID permite la lectura simultánea de varios artículos, a diferencia de los códigos de barras, que requieren un escaneo individual. Esto mejora la eficiencia y la precisión al reducir las posibilidades de escaneo doble o de falta de artículos. Otro beneficio de la tecnología RFID es la serialización, ya que cada etiqueta RFID debe ser única, lo que garantiza una identificación precisa. Además, la tecnología RFID no requiere una línea de visión directa, lo que permite escanear artículos a través de pilas o paquetes sin manipulación manual.
Una etiqueta “RFID sin chip” se refiere a un sistema que utiliza energía de radiofrecuencia para comunicar datos sin depender de un microchip de silicio para almacenar un número de serie en el transpondedor. Algunas etiquetas sin chip están hechas de plástico o polímeros conductores en lugar de los tradicionales microchips basados en silicio. Otros tipos utilizan materiales que reflejan una parte de las ondas de radio hacia el lector. Una computadora analiza las ondas reflejadas, creando un patrón único que sirve como una “huella digital” para identificar el objeto etiquetado. Algunas empresas están experimentando con la incorporación de fibras que reflejan la radiofrecuencia en el papel para evitar la fotocopia no autorizada de documentos. Además, se pueden utilizar tintas especializadas que reflejan ciertas frecuencias de radio, por ejemplo, para tatuar animales con transpondedores RFID sin chip para su identificación.
Las etiquetas RFID se pueden clasificar como de lectura y escritura, de solo lectura o de “escritura única, lectura múltiple” (WORM).
- Etiquetas de lectura y escritura Permiten agregar o sobrescribir datos cuando la etiqueta se encuentra dentro del alcance de un lector. Si bien el número de serie normalmente no se puede cambiar, se pueden escribir bloques de datos adicionales o bloquearlos para almacenarlos de manera permanente.
- Etiquetas de solo lectura tienen información preprogramada almacenada durante el proceso de fabricación, que no se puede alterar posteriormente.
- Etiquetas WORM Permite escribir un número de serie una sola vez y no se puede modificar esta información posteriormente.
No existe una etiqueta RFID “típica”, ya que los rangos de lectura varían significativamente según si la etiqueta es activa o pasiva.
- Etiquetas RFID activas Tienen alcances de lectura más largos, a menudo superiores a 300 pies, ya que transmiten su propia señal.
- Etiquetas RFID pasivas Depende de varios factores, entre ellos la frecuencia de funcionamiento, la potencia del lector y las interferencias. En general:
- Las etiquetas de baja frecuencia (LF) y alta frecuencia (HF) se leen a una distancia de 3 pies (1 metro).
- Las etiquetas de ultra alta frecuencia (UHF) tienen un rango de lectura de 10 a 20 pies.
- Los lectores especializados con antenas de matriz en fase pueden ampliar el rango de lectura de etiquetas pasivas a 60 pies o más.
Existen muchos proveedores de RFID, cada uno con experiencia en diferentes áreas. Algunos se especializan en etiquetas RFID activas, mientras que otros se centran en etiquetas pasivas. Los proveedores pueden concentrarse en rangos de frecuencia específicos, como sistemas de frecuencia ultraalta (UHF), u ofrecer opciones de baja, alta y UHF. Entre ellas, RFID de la JIA es reconocido como uno de los principales proveedores mundiales y ofrece productos RFID de alta calidad en diversas categorías.
Si bien es cierto que la tecnología RFID puede enfrentar desafíos con el metal y el agua, las etiquetas de baja y alta frecuencia (LF y HF) tienden a funcionar mejor en dichos entornos. Por ejemplo, las etiquetas RFID de baja frecuencia se pueden incorporar en piezas de metal de automóviles para rastrearlas. En frecuencias ultra altas (UHF), las ondas de radio tienden a rebotar en el metal y son absorbidas por el agua, lo que hace que las etiquetas UHF pasivas sean menos efectivas para rastrear productos de metal o aquellos con alto contenido de agua. Sin embargo, los avances recientes en la tecnología RFID han llevado al desarrollo de etiquetas UHF especializadas que pueden superar estos obstáculos. Además, existen estrategias para etiquetar productos de metal o de base líquida para garantizar un rendimiento de lectura confiable.
El objetivo de la industria RFID es llegar a un punto en el que la producción a gran escala reduzca el costo de las etiquetas RFID basadas en silicio que pueden almacenar números de serie únicos a alrededor de 5 centavos por etiqueta. Si bien los costos han estado disminuyendo de manera constante en los últimos años, se esperan nuevas reducciones de precios a medida que aumente la adopción y los volúmenes de producción.
La durabilidad de una etiqueta RFID varía dependiendo de si es activa o pasiva.
Etiquetas RFID activas Dependen de baterías y, una vez que la batería se agota, la etiqueta se vuelve inutilizable. La vida útil de una etiqueta activa depende de la capacidad de la batería y de las condiciones de aplicación: las distancias de lectura más largas pueden agotar la batería más rápido. Sin embargo, muchas etiquetas activas están diseñadas con baterías de larga duración para extender su durabilidad operativa.
Etiquetas RFID pasivas Las etiquetas RFID ofrecen una vida útil significativamente más larga, lo que las convierte en una inversión rentable para los sistemas RFID. Por ejemplo, Pepperl+Fuchs fabrica etiquetas RFID pasivas diseñadas para entornos industriales hostiles, capaces de más de 100.000 ciclos de escritura. Las etiquetas basadas en FRAM se pueden reescribir casi indefinidamente. Además, algunas etiquetas vienen en carcasas metálicas robustas que pueden soportar temperaturas de hasta 220 °C. Otras están revestidas de plástico duradero, lo que ofrece resistencia al agua, a los productos químicos, al aceite de transformador, a la gasolina y al aceite de calefacción. Las etiquetas con altos índices de protección IP demuestran aún más su capacidad para soportar duras condiciones industriales, lo que garantiza una fiabilidad a largo plazo.
¿Alguna pregunta que haya considerado mucho sobre las tarjetas RFID?
Las tarjetas RFID permiten el acceso directo a los ascensores, lo que elimina la necesidad de mostrar un ticket en cada ascensor. Coloque su tarjeta RFID en un bolsillo exclusivo de la chaqueta y la puerta la reconocerá automáticamente, lo que le permitirá continuar.
Sí, todos los pases de temporada y los boletos diarios para los remontes se cargarán en tarjetas RFID, lo que permitirá el acceso directo a los remontes. Una vez que tenga una tarjeta RFID, no necesitará volver a visitar una taquilla.
Debes llevar tu tarjeta RFID en el bolsillo de una chaqueta, idealmente sola, lejos de objetos metálicos, teléfonos celulares u otras tarjetas RFID. Evita llevar varias tarjetas RFID, ya que esto puede interferir con la legibilidad del sistema.
Sí, puedes recargar entradas en tu tarjeta RFID en línea, lo que te permitirá ahorrar tiempo y dinero. Simplemente recarga tu tarjeta antes de ir a las pistas.
Si pierde su tarjeta RFID, acérquese a la taquilla para desactivarla y evitar su uso no autorizado. Se puede emitir una tarjeta de reemplazo pagando una tarifa.
Sí, tanto los forfaits como los tickets para snowtubing se cargarán en la tarjeta RFID, agilizando el acceso a todas las actividades.
No, llevar varias tarjetas RFID puede afectar a su legibilidad. Cada persona debe llevar solo su propia tarjeta RFID al pasar por las puertas.
No, al perforar la tarjeta RFID se daña la antena integrada y el microchip, lo que hace que la tarjeta quede inutilizable. Utilice la tarjeta según las instrucciones para evitar cargos por reemplazo.
Las tarjetas RFID están diseñadas para soportar el desgaste normal, incluso el paso por la lavadora. Sin embargo, el calor extremo puede dañar ciertas características, como la franja plateada de los pases de temporada.
No, la tecnología RFID funciona en frecuencias diferentes y su tarjeta RFID no interferirá con otros dispositivos inalámbricos.
La tarjeta RFID contiene un número de serie único vinculado a su cuenta de cliente. No se almacena información personal directamente en la tarjeta.
Sí, conserve su tarjeta RFID para futuras recargas o compras de pases de temporada. Conservar la misma tarjeta garantiza un acceso más rápido en visitas posteriores.
No, los imanes no dañarán ni borrarán la información almacenada en su tarjeta RFID, ya que funciona en un microchip que no se ve afectado por los campos magnéticos.
En el sistema se vincula una foto a tu pase de temporada. Cuando cruzas las puertas, el sistema muestra tu foto, lo que garantiza que solo tú puedas usar la tarjeta.
¿Alguna pregunta que haya considerado mucho sobre los lectores RFID?
Un lector RFID es un dispositivo que utiliza ondas de radio para leer y escribir datos almacenados en transpondedores RFID. Contiene una antena para recuperar información de la etiqueta y transmite estos datos a un sistema host a través de protocolos de comunicación industriales como Ethernet, MODBUS o PROFIBUS.
Los lectores RFID son de dos tipos principales: fijos y móviles. Los lectores fijos se instalan de forma permanente en ubicaciones específicas, mientras que los lectores móviles (de mano) son portátiles y permiten a los usuarios escanear elementos en el campo y cargar los datos más tarde.
La colisión de lectores se produce cuando dos o más lectores RFID que se encuentran muy cerca interfieren entre sí. Los lectores modernos evitan esto con saltos de frecuencia o “modo de lectura densa”, y el blindaje también puede ayudar a evitar colisiones.
La polarización de la antena es fundamental para una lectura RFID eficaz. La polarización lineal proporciona un mayor alcance de lectura cuando se alinea con el transpondedor, mientras que la polarización circular es mejor para leer etiquetas con orientaciones variables.
La selección del lector RFID correcto depende de factores como la polarización de la antena, el espacio de instalación, las condiciones ambientales (temperatura, higiene) y los requisitos de frecuencia. Es posible que se necesiten diseños compactos o carcasas especializadas para entornos específicos.
Los lectores RFID modernos están diseñados para evitar interferencias con otros lectores mediante tecnología avanzada como el salto de frecuencia. Además, funcionan en frecuencias reguladas para evitar interferencias con otros dispositivos inalámbricos.